Desde la cárcel, Zúñiga denuncia que le cortaron el sueldo y afirma que “la verdad se sabrá en su momento”

“Nos juzgaron, nos humillaron, nos pisotearon, sin saber la verdad. “En su momento se sabrá la verdad, la patria no se toca”, se lee en sus apuntes.

El exgeneral de Ejército Juan José Zúñiga, protagonista de la asonada militar de junio de 2024 en la plaza Murillo, sostuvo que “lo hizo por la patria”; denunció, además, que le cortaron su sueldo y anunció que “lo que ha pasado se sabrá en su momento”.

Zúñiga guarda detención desde hace ocho meses en la cárcel de El Abra de Cochabamba, acusado por los delitos de terrorismo y alzamiento armado y de un “intento de golpe de Estado”. Allí fue entrevistado por Erbol, que le consultó por qué lideró el movimiento militar, a lo que respondió que fue “por la patria”.

“Yo sé lo que ha pasado, se va a saber la verdad. Se va a saber en su momento”, añadió el militar, que aseguró que prefiere no hablar de su proceso hasta que culminen las investigaciones, debido a que no quiere “contaminar” las pesquisas y por respeto al trabajo de la Policía y al Ministerio Público.

En el encierro, el general escribe sus memorias “minuto a minuto” con la pretensión de publicarlas en un libro cuyos títulos tentativos serían “Mi lucha”, o “Las razones de mi lucha”.

“Nos han cortado los sueldos. No tengo ninguna renta del Ejército”, expresó el exgeneral, quien lamentó que no se hayan respetado los plazos establecidos por la normativa castrense para su retiro definitivo de las Fuerzas Armadas.

Según él, el procedimiento debió ser distinto. “Las FFAA debían enviarme a la letra E y permitirme defenderme por dos años antes de darme de baja”, reclamó. Pero no es sólo su caso. Recuerda que, junto a él, hay 32 militares presos, todos sin seguro, sin sueldo y, en muchos casos, sin hogar. “Muchas familias están en una situación lamentable”, sentencia.

Al final de la entrevista, en una hoja de una pequeña libreta, escribió unas cortas frases: “Nos juzgaron, nos humillaron, nos pisotearon, sin saber la verdad. En su momento se sabrá la verdad, la patria no se toca”, se lee en sus apuntes.

La cárcel le ha pasado otra factura: “Cuando era comandante del Ejército tenía miles de amigos. Cuando llegué aquí, desaparecieron todos. Tenía dos amigos íntimos, uno militar y otro civil, pero también se esfumaron. Solo era interés. Eran buenos para pedir favores, incluso dentro de mi familia. La cárcel te muestra con quién realmente cuentas”.

Y consideró que estar recluido “es caer en desgracia”, pero aseguró que incluso allí puede servir a la patria. En un momento de la entrevista, sacó su boina negra, la que tenía puesta aquel día, que está guardada en un pequeño mueble donde está su ropa. Orgulloso mostró las tres estrellas doradas con una franja roja y sentenció: “El militar muere como militar”.

El 26 de junio de 2024, Zúñiga movilizó a un grupo de militares encapuchados y tomó la plaza Murillo con tanques y militares con armas. El ahora exmilitar trató de ingresar a la Casa Grande del Pueblo por el viejo Palacio Quemado, pero fue encarado en la puerta por Luis Arce.

Zúñiga, junto con el excomandante de la Armada Juan Arnez y el excomandante de la División Mecanizada Edison Irahola, fueron imputados en junio de 2024 por los delitos de terrorismo y alzamiento armado contra la seguridad y soberanía del Estado.

fuente: vision360